Aunque hay quien cuestiona el momento de ponerse
frente al entrevistador como un episodio fundamental en el proceso de
selección, lo cierto es que la búsqueda, el currículo y todo lo que
haces mientras rastreas un empleo te conduce a este encuentro
definitivo. En esos minutos de los que puede depender tu futuro laboral
no debes cometer errores, ni en los pequeños ni en los grandes detalles.
El dilema es si la entrevista de trabajo sigue siendo hoy una
herramienta eficaz para captar a los mejores profesionales, a los más
idóneos para un puesto, teniendo en cuenta que en el mercado laboral que
cambia casi cada día se aprecian más las habilidades personales que las
técnicas. En todo caso, la mayor parte de las estrategias que
desarrollas en la búsqueda tienen como objetivo ponerte frente al
entrevistador. Y en esos minutos cruciales de los que dependen muchos
años de tu vida laboral no puedes cometer ningún error. Estos son
algunos de los fallos que jamás deberías permitirte:
* Descuidar previamente la entrevista telefónica.
Mucha gente no es consciente, pero esa llamada previa es el primer paso
para llegar a la entrevista personal. No la descuides. Debes ser conciso
y asegurarte de que estás en un lugar en el que puedes hablar, desde
donde tu interlocutor te va a escuchar perfectamente. Evita los
monosílabos ya en esta primera conversación.
Ten en cuenta que los entrevistadores pueden descartar a algunos
candidatos tras ese primer contacto de la entrevista telefónica.
Jamás critiques a tus jefes o empresas anteriores, aunque tengas razones.
Jamás critiques a tus jefes o empresas anteriores, aunque tengas razones.
* Llegar sin los deberes hechos. No haber buscado
toda la información posible sobre la compañía y sobre el puesto es otro
de los graves errores. Tampoco es positivo que demuestres una falta de
interés acerca de quién o quiénes te van a entrevistar.
Nunca acudas a la cita con el entrevistador sin haberte informado
previamente acerca de la persona con la que te vas a encontrar. Tampoco
debes presentarte en una empresa sin haber recopilado información sobre
la misma y las últimas noticias publicadas en prensa.
* Causar mala impresión por el aspecto, la vestimenta o los modales.
No olvides que todos estos factores los controlas tú y que con esta
información el entrevistador, consciente o inconscientemente, te
descartará pensando que habrá otra persona a quien no le huela el
aliento, que no lleve los zapatos sucios, o no vaya desaliñado.
Puede parecer de perogrullo, pero has de cuidar tu aliento: antes de
la entrevista, lávate los dientes y utiliza un enjuague bucal; evita el
ajo, la cebolla, el tabaco o el alcohol. No inundes la sala con estos
olores, y no uses litros de colonia ni de loción aftershave.
Ten cuidado con la forma en la que das la mano al entrevistador. Ni se la tritures, ni la des flácida.
Si eres hombre, lleva ropa y zapatos limpios. En el caso de ser
mujer, lleva vestimenta correcta y elegante, pero no trates de utilizar
tus encantos femeninos; hacer uso excesivo de ellos te elimina. Incluso
si a un entrevistador le parece interesante, piensa que quizá a ti no te
interese ese entrevistador ni esa empresa.
Si te presentas frente al entrevistador sin conocer tu propio CV corres el riesgo de caer en contradicciones
Si te presentas frente al entrevistador sin conocer tu propio CV corres el riesgo de caer en contradicciones
Lleva ropa adecuada a cada entrevista. Esto no significa que debas ir
vestido con traje o con traje de chaqueta. No es lo mismo una
entrevista para un trabajo comercial o directivo que para uno de
socorrista. El sentido común te ayudará en cada caso. El look debe ser
aseado.
Seas hombre o mujer, no lleves las manos llenas de anillos ni
pulseras excesivamente caras, llamativas, exóticas o de gusto dudoso. En
el caso de los pendientes, que sean discretos: ni inmensas arañas
colgantes ni aros olímpicos descomunales.
El móvil debe estar apagado y preferiblemente fuera de la mesa.
* Interrumpir al interlocutor. Espera el momento
para intervenir, deja que el consultor formule las preguntas y tómate tu
tiempo antes de contestar. Evita la precipitación. Recuerda que
deberías haber preparado la entrevista y tener un cierto “guión y
discurso” para resultar estructurado y coherente.
Preguntar por el horario durante la entrevista es un método infalible para que no te contraten
En el medio está la virtud. No conviene hablar poco, pero tampoco es
bueno hablar demasiado. Una clave es saber escuchar e ir ofreciendo poco
a poco datos de tu trayectoria profesional.
* Hacer demasiadas preguntas al comienzo. No cometas
el error de olvidar la regla del 50-50: la mitad del tiempo habla el
entrevistador; y la otra mitad, tú. Todavía habrá menos tiempo para ti
si son dos los entrevistadores.
* Ser demasiado lacónico en las respuestas. Tus
respuestas han de durar más de 20 segundos y menos de 2 minutos. No hace
falta llevar un cronómetro para ser consciente de eso. Evita los
monosílabos.
No divagues a la hora de responder a las preguntas de tu
entrevistador. Debes haber preparado la entrevista y saber resumir los
principales hitos de tu trayectoria de manera estructurada. No evites
entrar en los detalles "comprometidos" de tu trayectoria; si has sido
despedido de tu antigua empresa debes comentarlo y explicar las razones
que llevaron a la finalización de tu contrato (no eres el primero, ni
serás el último a quien le ha sucedido).
* Tomar apuntes en los primeros momentos. Eso suele impacientar al entrevistador.
* No conocer tu propio currículo. Estudia tu propia
vida laboral. Si pones algo en el currículo y luego no eres capaz de
respaldarlo en la entrevista habrás cometido un error garrafal. Busca
ejemplos de situaciones que has vivido que puedan servirte para
potenciar tus habilidades.
* Criticar a tu empresa o a tus jefes anteriores.
Hablando mal de otros sólo consigues descalificarte a ti mismo. Es
recomendable que resumas tu experiencia en términos positivos destacando
los logros alcanzados. Si has tenido desacuerdo con un jefe en el
pasado, explícalo de manera objetiva y evita entrar en calificaciones o
descalificaciones.
* Cometer fallos que tienen que ver con el lenguaje no verbal.
No mirar a los ojos a tu entrevistador. No asentir. Sentarse
incorrectamente. No juegues con la alianza durante la entrevista ni te
muevas continuamente en el asiento ni arrastres los pies: hace resonar
la inquietud en el entrevistador y despiertas sus posibles debilidades.
* Mendigar o humillarse solicitando el puesto. Deja claro que te interesa y que respondes a él. Mantén el tipo y la gallardía, aunque te mueras por el puesto.
* Hablar de dinero en la primera cita. Preguntar por
el sueldo es una cuestión perdedora sí o sí. A nadie le interesa
contratar a un candidato motivado por el dinero. Además, llegado el
momento de hablar de dinero, deja que sea tu interlocutor quien saque el
tema. Lo mismo aplica a los beneficios adicionales que una compañía
puede ofrecer a sus empleados; cuando proceda te los explicarán con
detalle.
* Preguntar por el horario. Hazlo sólo si buscas que te descarten. Es infalible.
* La falta de puntualidad. No vale la pena llegar
antes de tiempo y mucho menos llegar tarde a una entrevista de trabajo.
Transmites la imagen de ser una persona poco formal. A partir de aquí te
tocará remontar, porque empiezas la entrevista "en negativo". Si vas a
llegar tarde por algún imprevisto puedes hacer una llamada para avisar a
la persona que te espera de tu retraso.
* Mostrarse apático. Tienes una única oportunidad de generar una excelente impresión en tu interlocutor. Se positivo y entusiasta. Sonríe.
* Asumir compromisos para los que no estás preparado.
Si la posición a la que aspiras implica un periodo de expatriación o
asignación internacional y no tienes movilidad geográfica, debes
decirlo. No pierdas el tiempo en un proceso de selección para una
trabajo que no aceptarás y no lo hagas perder a los demás.
* Falsear u ocultar información sobre tu vida personal.
Genera desconfianza en el consultor, y seguramente significará el final
de tu participación en el proceso en cuestión. Un buen consultor sabrá
detectar incoherencias en la vida profesional de un candidato.
Adicionalmente el proceso de toma de referencias revelará cualquier
omisión de información. No olvides que la confianza es la base de la
empatía con un consultor de selección. Seguramente vuestra relación
puede durar años y podrá influir en diferentes momentos de tu carrera
profesional, así que es mejor basar dicha relación en la confianza.
Crear una imagen que no encaja con lo que realmente somos nos
despista también con respecto a lo que queremos llegar a ser. Es mejor
apostar por expresar en el currículo y durante la entrevista de trabajo
quiénes somos, cuáles son nuestras cualidades más destacadas y a qué
estamos dispuestos a renunciar para ponerlas en marcha –en función de
nuestras circunstancias personales–, que tratar de ajustar agrandando o
rebajando nuestra experiencia, formación, conocimientos y habilidades a
los requisitos que creemos que se están buscando.
* Preguntar si eres el candidato idóneo para la posición.
Transmites seguridad y confianza, pero a la vez arrogancia y escasa
prudencia. En realidad, a partir de un determinado nivel son mucho más
importantes los "cómos" que los "qués"; a pesar de que hayas
desarrollado exactamente las mismas funciones, eso no es garantía de que
encajes en una compañía. Interésate por la cultura de la organización y
por sus valores, ahí encontrarás la clave para determinar si eres el
candidato adecuado, y si la compañía es adecuada para ti.
Tampoco conviene que al finalizar la entrevista preguntes si lo has hecho bien.
* Acudir a la entrevista con familiares o amigos. Se
trata de una reunión personal. Es lo que se conoce como padres
helicóptero, que intervienen excesivamente en los procesos de selección
de sus hijos, inquiriendo a los entrevistadores o pidiendo explicaciones
a los empleadores son una influencia perjudicial para los candidatos.
Las compañías ven en este tipo de "ayuda" innecesaria una falta de
madurez o independencia de aquellos que buscan trabajo.
Información basada en las opiniones de Cristina Soler, Talent
Acquisition Coordinator de Experis Perm; Carolina Mouné, responsable de
selección y promoción interna de Adecco; José Medina, presidente de
Odgers Berndtson; y Manuel Clavel, socio de Talengo.
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